Degeneración macular

GASCON GINEL/PATOLOGÍAS/Degeneración macular

Primera causa de pérdida de agudeza visual en nuestro medio

Riesgo aumentado en fumadores

¿Tienes alguna
pregunta?

CONTÁCTANOS
La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es una patología en la se produce un daño progresivo a nivel del epitelio pigmentario de la retina. Existen dos formas de degeneración macular, la forma seca y la forma húmda.
- DMAE SECA: Supone el 75% de los casos de DMAE. En ella se produce un deterioro progresivo del epitelio pigmentario de la retina y, de forma secundaria, de los fotorreceptores retinianos, lo que conlleva una pérdida lenta pero progresiva de agudeza visual.
- DMAE HÚMEDA: Supone el 25% de los casos de DMAE. En esta forma de DMAE se produce la aparición de membranas vasculares en la zona atrofiada. Estos vasos anómalos dejan escapar líquido y sangre, lo que produce pérdidas agudas y severas de agudeza visual.
El principal factor de riesgos para el desarrollo de la DMAE es la EDAD. Sin embargo, existen otros factores de riesgo asociados como son ciertos genes, el tabaco, la hipertensión arterial y la exposición a la luz ultravioleta.
Los síntomas de la degeneración macular van a aparecer a partir de la quinta o sexta década y son bilaterales, aunque pueden ser asimétricos. Como en cualquier otra enfermedad que afecte a la mácula (la zona central de la retina), los enfermos con DMAE van a ir perdiendo agudeza visual y van a poder percibir las imágenes deformadas. Es importante dejar claro al paciente que no se va a quedar ciego por esta patología, sino que sólo se va a afectar la visión central. Si se nota una sombra fija en el centro de la visión o las líneas rectas se tuercen, debe acudirse inmediatamente a un oftalmólogo, puesto que pueden ser síntomas iniciales de DMAE o de cualquier otra patología que afecte a la mácula. Visión normal/visión con dmae
En el tratamiento de la DMAE hemos de diferenciar si se trata de una forma seca o húmeda. En el caso de la DMAE seca, el tratamiento consiste en la protección solar frente a los rayos UV y la toma de suplementos de luteína, zeaxantina, cobre, zinc y omega 3 principalmente. Estas medidas buscan detener o enlentecer la progresión de la enfermedad. En las formas húmedas es donde tienen utilidad las inyecciones intravítreas de antiangiogénicos y la terapia fotodinámica. La función de estos tratamientos es secar los vasos anómalos para que así desaparezca la sangre y el líquido subretiniano y el paciente recupere visión.